Uno de mis tios siempre fué muy espléndido con mi familia y siempre procuraba invitarnos a buenos restaurantes, viajes, nos compraba la despensa y siempre se preocupó por nosotros.
En ésta ocasión nos había invitado a Oaxaca a varios de la familia, así que la casa de mis abuelos estubo vacía mientras todos estábamos de viaje.
Al regreso me encontré con un vecino de casa de mis abuelos y me preguntó que quién era una señora viejita que estaba en la casa ése fin de semana, le dije que no había nadie en la casa y entonces me platicó que veía como ésa viejita iba caminando afuera del patio de la casa y se detenía a ver hacia el techo de la casa y que así estuvo por un buen rato. No volvimos a saber de ella, pero uno de mis tíos tenía un perro que en varias ocasiones lo veíamos como si estuviera siguiendo a alguien y le fuera ladrando. Otras veces sentías como si alguien estuviera en el mismo cuarto o te siguiera, sin embargo volteabas y no había nadie.
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