martes, 12 de febrero de 2008

Nanacamilpa, Tlaxcala

Cuando éramos niñas mi papá tenía una mueblería en Nanacamilpa, Tlaxcala, frente a la mueblería había una tienda de abarrotes que atendían unas viejitas, me imagino que nos aburría estar tanto tiempo en la mueblería siendo niñas, asi que como buenas niñas ibámos a comprar dulces con las viejitas y a ver como matar el tiempo hasta que fuera la hora de ir a casa.

Una vez que estuvimos con las viejitas nos platicaron que debajo de la iglesia había un tesoro enterrado y que estaba custodiado por el alma de una persona que había sido muy mala y que ese señor se les aparecía en las noches y las espantaba, que ha veces no querían ni ir al baño con tal de no verle.

Creo que ya se imaginarán que no queríamos estar solas en la noche por esos rumbos jajaja

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